El Pitillal es una de esas áreas de Puerto Vallarta que no muchos turistas conocen, y muchos locales no visitan. Se ha dicho que el Pitillal es como lo que era Vallarta hace 50 años.
El corazón de El Pitillal es su plaza cívica, un lugar de encuentro para amigos y familiares que se reúnen mientras los niños juegan bajo la atenta mirada de la familia extendida. La plaza es también donde se llevan a cabo actividades culturales para conmemorar fechas importantes de la historia de México, Navidad y las festividades de los Tres Reyes.
Frente a la plaza se encuentra la iglesia del Arcángel San Miguel. Su fiesta patronal es el 29 de septiembre de cada año, motivo de fuegos artificiales, comida, música, juegos, bailes y celebraciones. Hay una escultura de veintiséis pies de altura del Arcángel San Miguel hecha a partir de una sola pieza de madera que cuelga sobre el altar.
“Amo el Pitillal por muchas razones, la comida, la música, observar a la gente y el ritmo de la vida. Sin embargo, realmente amo el Pitillal por las increíbles ofertas que encuentro allí. ¿Necesitas reemplazar una llave electrónica de coche? Pagarás la mitad del precio del centro. ¿Mi tienda de marcos favorita? Menos de la mitad del precio de lo que pagaría en otros lugares. ¿Mis momentos de zen en un vivero paseando entre las plantas? Así es, en El Pitillal. Grabado en mi memoria, los Tacos al Pastor en El Pitillal a medianoche. Un carrito de tacos aparece de la nada, completo con sillas de plástico en medio de la calle. Aparentemente, los propietarios atienden a los trabajadores del hotel que terminan sus turnos y a aquellos que trabajan en horarios inusuales. Sentado en una silla de plástico, saboreando jugosos tacos al pastor, me sentí como un conocedor de Vallarta.” – Andrea